Marisela Escobedo murió tres veces. La primera cuando asesinaron a su hija Rubí de tan solo 16 años, la segunda cuando tres jueces dejaron libre a su feminicida y la tercera cuando un hombre la mató de un balazo frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua.
Hoy, a casi 10 años de su asesinato, su historia llega a Netflix a través del documental “Las tres muertes de Marisela Escobedo”, dirigida por Carlos Pérez-Osorio y con la producción ejecutiva de Laura Woldernberg.
Para sus realizadores, este documental es un retrato de la impunidad que existe en México ante la violencia y los feminicidios, pero también un homenaje a la mujer que se convirtió en un símbolo de lucha contra la violencia de género en el país.
El feminicidio de Rubí Frayre Escobedo
La pesadilla para Marisela empezó en agosto de 2008, cuando su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo fue asesinada a manos de su pareja, Sergio Rafael Barraza, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Barraza había escapado y las autoridades no parecían estar avanzando en el caso, por ello Marisela decidió investigar por su cuenta y emprender una intensa búsqueda para hallarlo.
Finalmente encontró al asesino de su hija en el estado de Zacatecas, quien confesó haberla matado. Aceptó que había quemado el cuerpo de Rubí en un tiradero clandestino y mostró a los policías el lugar donde se encontraban sus restos.
Barraza fue encarcelado en 2009. Sin embargo, la justicia chihuahuense ordenó su liberación meses después, cuando los tres jueces encargados del caso decidieron absolverlo por falta de pruebas.
“Me la volvieron a matar”, gritó de dolor Marisela cuando escuchó la sentencia.
Marisela Escobedo: activista y símbolo
A pesar de que tiempo después un tribunal superior cambió la sentencia contra Barraza, para que esta vez sí fuera declarado culpable, éste ya había escapado y se encontraba prófugo.
Fue entonces que Marisela y sus hijos entendieron que no había tiempo que perder. Si el Estado no hacía su trabajo, ellos lo harían.
Encabezaron protestas, caravanas y marchas por todo Ciudad Juárez y otros estados de la República. Pronto, Marisela se convirtió en un símbolo de lucha contra la violencia de género.
La búsqueda del asesino de su hija llevó a Marisela nuevamente a la ciudad de Zacatecas. Ahí la familia confirmó sus sospechas: Sergio Barraza ahora pertenecía al Cártel de Los Zetas.
Luego de un fallido operativo para capturarlo, Barraza volvió a escapar de la justicia.
La muerte de Marisela Escobedo
Era el año 2010 y Chihuahua tenía un nuevo gobernador, César Duarte. Marisela decidida a enfrentar a las autoridades y a no desistir en su lucha, montó un plantón frente al Palacio de Gobierno.
“Le he perdido el miedo a todo. Le he perdido el miedo a la muerte, que es lo peor que me podría suceder… si me va a venir este hombre a asesinar, que me venga a matar aquí, para vergüenza del Gobierno”, dijo Marisela a los medios.
Días después de esta declaración, el 16 de diciembre de 2010, un hombre se acercó a Marisela mientras ella recogía carteles de protesta y la mató de un balazo en la cabeza.
Dos años después, el 16 de noviembre de 2012, la fiscalía de Zacatecas y la Secretaría de la Defensa Nacional informaron que Sergio Rafael Barraza Bocanegra había muerto durante enfrentamiento entre militares e integrantes de Los Zetas.
“El Wicked”: supuesto asesino de Marisela
En 2012, el gobierno de César Duarte Jáquez anunció la detención del presunto asesino de Marisela. Se trataba de José Enrique Jiménez Zavala, alias “El Wicked”, supuesto miembro del grupo criminal Los Aztecas.
La Fiscalía General del Estado y la Policía Federal sostuvieron que su arresto fue resultado de una investigación conjunta y que el asesino había confesado el homicidio de Marisela como parte de un acuerdo entre las células delictivas de “La Línea” y “Los Zetas”.
Sin embargo, esta versión nunca convenció a la familia Escobedo. El hijo de la activista, Juan Frayre Escobedo, aseguró en varias entrevistas que “El Wicked” solo era un chivo expiatorio y señaló a Antonio Barraza, hermano de Sergio Barraza, como el verdadero homicida de su madre.
“El Wicked” murió estrangulado por su compañero de celda en 2014 en el penal Aquiles Serdán en Chihuahua. Estaba en espera de que las autoridades dictaran su sentencia por el asesinato de Marisela Escobedo.