El proyecto ‘Bosque de Chapultepec: Naturaleza y Cultura’, uno de los más importantes del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, despierta sospechas debido a la opacidad con la que el gobierno de Claudia Sheinbaum, y un grupo de inversionistas inmobiliarios, está otorgando obras sin licitación.
Este proyecto planea interconectar 800 hectáreas de las tres secciones del bosque, más una cuarta sección que está por ceder la Secretaría de la Defensa Nacional al Gobierno de la CDMX y a la que se agregará lo que alguna vez fue la residencia oficial de Los Pinos.
Para convertirlo en uno de los complejos artísticos más importantes del mundo, en 2020 se invirtieron mil 100 millones de pesos.
La planificación está a cargo del llamado Taller Chapultepec encabezado por el artista plástico Gabriel Orozco, un grupo conformado por empresarios de la rama inmobiliaria y arquitectos.
Gracias a un convenio entre los gobiernos federal y local, el Taller Chapultepec tiene la facultad de otorgar contratos sin licitación de por medio.
De acuerdo con el Frente Ciudadano de Defensa y Mejora del Bosque de Chapultepec, este proyecto no cuenta con un Plan Maestro ni con un plan de mejora ambiental, que por ley las autoridades están obligadas a presentar.
En cambio, solo existe un maqueta del supuesto Plan Maestro que propone, entre otras cosas, el rescate ecológico del bosque, la interconexión de las secciones y un corredor cultural compuesto por nueve museos nuevos.
Dicho proyecto debe ser sometido al Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec, cuyo objetivo es evaluar, planear y diseñar en forma coordinada con la autoridad responsable, las bases para las decisiones administrativas del bosque.
Este mismo consejo fue creado en 2002, cuando el actual presidente López Obrador fue jefe de Gobierno y su secretaria de Medio Ambiente era Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, el proyecto cultural Chapultepec no ha recibido el visto bueno de este organismo, además de que tampoco se ha sometido a consulta pública.
Según ha dicho el Frente Ciudadano en Defensa del Bosque de Chapultepec, no se trata de un proyecto para rescatar a este emblemático bosque, sino de un megaproyecto de movilidad que beneficiará a un grupo de constructores y artistas agrupados en el Taller Chapultepec.
En el que además participan importantes inversionistas inmobiliarios de empresas españolas, a quienes se les entregarán las obras más importantes.